Se dice que María Lionza nació en 1502 en la región de Yaracuy, en Venezuela. En la actualidad, María es objeto de culto y reverenciada por los seguidores de una religión sincrética del Caribe. Muchos artistas también encuentran inspiración en ella, como un símbolo de historia, raza y sexualidad. Encontramos su retrato en el taller de Francisco.

Como artista, Francisco utiliza una gran variedad de materiales: madera, conchas, semillas, piel de animales, incluso plástico que ha sido desechado. Él ha estado platicando con el alcalde sobre su idea de crear un taller de arte para enseñar y descubrir talentos en la población de su pueblo, así como para difundir el trabajo de artesanos locales.

El pequeño Taller Arte de Francisco está muy bien cuidado por el siempre vigilante Señor Coco, quien nunca duerme y todo lo ve. La palabra taller significa lugar de trabajo pero, al igual que en el inglés workshop tiene diferentes usos, puede ser el lugar de trabajo de artistas o artesanos, es decir un taller de arte lugar donde se arregla maquinaria, como un taller de autos o incluso un espacio en el que personas se reúnen para aprender y compartir ideas, por ejemplo un taller de escritura.

Un pequeño lugar en el cual poder refugiarse para crear, escuhar el mar y relajarse… ¿Qué más se puede pedir? En este video Francisco se apropia de un espacio público y lo convierte en un lugar para la conservación de la naturaleza y la belleza. Un lugar al que todos estamos invitados para tratar a nuestro ambiente con el respeto y cuidado que se merece.

El artista Francisco de Adícora, Venezuela, nos habla sobre sus últimas creaciones, el taller que usa para realizar su trabajo y el pueblo en el cual vive.

Francisco continúa relatándonos en esta segunda parte sus experiencias durante su estancia en Francia, donde también estuvo viviendo en comunidades autosuficientes en el sur del país.

¿Sabías que en la historia colonial de Adícora hay piratas, comercio de sal y producción de pieles? Veamos que nos revelará Francisco en esta ocasión sobre este interesante lugar.

Una ciudad pesquera como Adícora le ofrece fuentes de trabajo a sus habitantes y la oportunidad de descansar y relajarse en serio a los turistas. Chóber viene de una familia de pescadores y conoce muy bien el negocio pero también reconoce la gran importancia que está cobrando el turismo. Su generación sabe que la existencia de ambas actividades económicas depende de mantener un sano equilibro ecológico en la zona.

Chober y sus amigos están contruyendo un pequeño club en la playa para ofrecer diversos servicios a sus visitantes y oportunidades de trabajo y recreación para los miembros de la comunidad, especialmente para los jóvenes. Como su amigo Francisco, Chober está preocupado por el medio ambiente y eso lo lleva a encontrar formas creativas de reutilizar materiales.