Roberto le suplica a Mercedes de que lo escuche, pero aparentemente está pasado de copas. Melina cuida a Yago en su recuperación.

Ivo adolorido busca algo de consuelo en las manos cariñosas de Mili. ¿Será una artimaña más o una manifestación sincera de afecto?

Roberto persiste en hablar con la mamá de Morena. Melina, mientras tanto, se aprovecha del estado de Yago.

Laura intenta darle consejos a Morena sobre su vida amorosa, pero Morena no parece muy interesada en dejar que otras personas decidan por ella.

Angélica le pide a Bernardo que se asegure de lo que pase en la Mansión antes de contarle, para no tener que pasar por el bochorno que pasó con Rocky. Milagros disfruta de su propio malentendido.

Melina cuida las heridas de Yago, a pesar de que Yago no está convencido de sus métodos. Otros, como Roberto Cárdenas, prefieren ahogar las penas.

Se anuncia la preparación de una gran fiesta con muchas sorpresas en la mansión; pero lo sorprendente es que muchos de los personajes no vean la verdad frente a sus ojos.

Yago no nació para estar encerrado en una celda. ¿Quién vendrá finalmente a su rescate?

Yago sufre su condena en la cárcel y Morena intenta consolarlo: la vida entre rejas es difícil para un hombre que creció en la selva.

Victoria y Luisa quieren saber las razones porqué Morgan fue despedido, mientras Mili le cuenta a Lina qué pasó con el regalo que le había dado Ivo.

Melina interrumpe una discusión entre sus dos amantes, los hermanos Sirenio. La salud de Lucio empeora con la confrontación.

Aldo y Elena tienen una incómoda conversación. Gardel visita a Yago a la cárcel.

Mientras Laura y Morena conversan sobre Tomás y el futuro, Gardel busca soluciones para sacar a Yago de la prisión.

Milagros discute con Federico las condiciones de su estadía en la casa, mientras todos se preparan para la partida de Rocky.

¿Qué tanto podemos perdonar? Madre e hija se enfrentan a la misma pregunta, buscando la mejor manera para conciliar con su pasado.