Aldo y Elena tienen una incómoda conversación. Gardel visita a Yago a la cárcel.

Melina interrumpe una discusión entre sus dos amantes, los hermanos Sirenio. La salud de Lucio empeora con la confrontación.

Yago sufre su condena en la cárcel y Morena intenta consolarlo: la vida entre rejas es difícil para un hombre que creció en la selva.

Yago no nació para estar encerrado en una celda. ¿Quién vendrá finalmente a su rescate?

Melina cuida las heridas de Yago, a pesar de que Yago no está convencido de sus métodos. Otros, como Roberto Cárdenas, prefieren ahogar las penas.

Laura intenta darle consejos a Morena sobre su vida amorosa, pero Morena no parece muy interesada en dejar que otras personas decidan por ella.

Roberto persiste en hablar con la mamá de Morena. Melina, mientras tanto, se aprovecha del estado de Yago.

Roberto le suplica a Mercedes de que lo escuche, pero aparentemente está pasado de copas. Melina cuida a Yago en su recuperación.

Mientras Yago prepara para salir del apartamento de Casandra, Morena confronta a su madre sobre su relación con Roberto Cárdenas y le pide ayuda.

Gardel y sus compañeros se alegran de tener a Yago de nuevo en la casa, pero eso no quiere decir que lo dejaran tranquilo.

Melina sorprende a Lucio con su visita y Yago y Morena escuchan la presentación musical de Gardel.

Mientras Celso charla con Gardel acerca de su éxito cantando la noche anterior, Yago y Morena recuperan energías.

La cara de Luisa no alcanza a esconder de todo los rastros de la violencia de Aldo, hasta el punto de tornarse sospechosa. Yago, en cambio, se muestra transparente ante Gardel.

Lucio comparte algunos de los recuerdos familiares con Yago; su reacción reafirma la convicción de que Yago es su sobrino. Melina, por su parte, intenta descubrir la verdad sobre el abuso de Aldo a Luisa.

Morena descubre información clave en el misterio de la muerte de Franco Sirenio y del pasado de Yago.