"Felipe Urrutia" se ve forzado a contarle a Amalia que él no es la persona que dijo ser.

Eduardo conoce un nuevo teatro donde se dictan clases de actuación y nos cuenta sobre su experiencia en la televisión.

El dinero continúa sin ser un problema para Felipe Urrutia, quien logra tirar de varias cuerdas para mantener su actuación con la actriz, Amalia Durango.

El agente Suárez está molesto por una sorprendente llamada telefónica, es el ladrón que ha estado buscando durante tanto tiempo.

Wilson ha encontrado el lugar perfecto para atrapar a su presa. Por otra parte, el agente Suárez se encuentra en medio de una delicada situación que será interrumpida por una llamada inesperada.

Mientras el estafador inventa otro plan para tratar de que el Agente Suárez se desvíe de su rastro, el Agente Suárez lucha por mantenerse en el caso y le da una buena palabra al Agente Hurtado.

Felipe cuenta en la radio la historia de su vecino, Tobías, que tenía un aire misterioso y extraño y al que todo el vecindario temía y evitaba.

Laura continúa siendo entrevistada para la radio. En cuanto a los ladrones, tendrán que mantener a Zazén tranquilo si quieren convencer al comprador que la transacción es legítima.

Jaime y Andrea están en problemas con su jefe por lo que éste percibe como un mal manejo del caso.

Aunque no querían, los muchachos terminan yendo a casa del vecino y parece que este oculta algo.

Pipe, su novia y su mamá intentan encontrar el sitio perfecto para el árbol de navidad.

Mientras los criminales que se robaron a Zazén, el perro guía de Laura, intentan venderlo, Laura y Fede platican sobre cuál será la mejor forma de encontrarlo.

¿Después del incidente con el agente Suárez, podrá nuestro estafador continuar su relación con la actriz Amalia?

Al darse cuenta de que le han vaciado su caja de seguridad, la víctima del estafador se queja con la administración del hotel.

Federico intenta consolar a una devastada Laura trás el robo de su perro guía. Mientras tanto, los maleantes roba-perros intentan vender a Zazén.