Ha sido una larga noche, pero el drama continúa. Federico le pide disculpas a Luisa por su exabrupto pero pronto se da cuenta de que sus acciones tienen consecuencias mucho más serias de lo que pensaba. Mientras tanto, Ivo y Milagros finalmente se sientan a platicar, aunque su conversación está lejos de ser cordial. ¡Dios nos libre de tanta venganza y odio bajo el mismo techo!

La realidad le cae a Millie como una tina de agua fría al culminar la noche: las intenciones de la abuela no eran tan buenas y desinterasadas como ella pensaba. En fin, quizá aún hay esperanza y eso nos los recuerda una zapatilla olvidada que quizá tenga el poder de llevar a Millie de nuevo al reino de la fantasía.

¡Por qué será que las historias de hadas siempre están llenas de tantas brujas malvadas! Después de su entrada triunfal a la fiesta, Milagros es recibida con hostilidad así que nuestra heroína está lejos de sentirse cómoda… y no lo decimos solamente por el dolor que le causan sus altas zapatillas.

El Patito Feo es una de esos cuentos que se cuentan muchas veces pero nunca cansan. Es hora de que Milagros se transforme de Cenicienta en princesa. ¡Nos encanta que las telenovelas se convierten en un cuento de hadas!

Acrobat Francesca era una mujer de casa antes de convertirse en una artista de circo. Fue el amor lo que la trajo hasta aquí, a la gran tienda, donde ahora divide su tiempo entre las presentaciones y las tareas diarias.

Con cada episodio estamos más cerca de resolver el misterio en torno a los orígenes de Milagros. Por lo pronto, Morgan (o Rocky, como gusta que le digan) tendrá que demostrar sus habilidades de traductor de inglés a la señorita Victoria.

Milagro tiene muy buenas habilidades para sobrevivir en la calle, pero ahora es tiempo de una educación más seria. Suficiente de cumbia y más de Beethoven, dice la Abuela. ¿Podrá sobrevivir Milagros a la música clásica? Por su parte, Sor Cachetes está preocupada por Mili, aunque eso no le hace perder el apetito.

Las aspiraciones teatrales de Majo se ven fulminadas por la realidad. Mientras tanto, Gloria intenta con poco éxito equilibrar intimidad y familia.

Ésta es la última parte de la biografía de Natalia Oreiro. Hemos escuchado a su familia, amigos y compañeros de trabajo hablar sobre su carrera profesional tanto como sobre su vida privada. Uno se siente a la vez contento por ello y un poquito envidioso por todos sus éxitos. Pero bueno, lo importante es que ella sigue trabajando para complacernos con su trabajo actoral.

Una vez más Mili ha discutido con Ivo. Pero después de todo ellos están compartiendo un techo. Esta vez ella parece tener una estrategia sugerida por la buena amiga e inexperta pero entusiasta peluquera Mariposa. ¿Funcionará? La celestial huésped hermana Catalina se va. La nevera está vacía y nos enteramos de lo que solía significar planchar.

La biografía de Natalia Oreiro se pone más interesante aún con su matrimonio con Ricardo Moyo. Ella sabe que cuando se recibe tantan cosas buenas en la vida debes ser generoso y tratar de retribuir ayudando a otras personas.

Majo parece cada vez más ingenua e interpreta el poema de Bertolt Brecht, Ahora me llevan a mí, la pobre se equivoca de audiencia, seguramente. Por otra parte, parece que la suerte deja de sonreir al joven Carlos.

La vida amorosa de Natalia Oreiro es, sin duda, menos complicada que la de sus personajes en la televisión. Después de terminar amistosamente una relación de seis años con el actor Pablo Echarri, Natalia encontró de nuevo el amor con Ricardo Moyo, con el cual tiene muchos más intereses en común de lo que la gente se podría imaginar.

Mili está radiante y lista para divertirse un rato con su amiga Lina en el salón de baile. Sin embargo, se encontrarán con Bobby e Ivo, quienes ya llevan un rato bailando en ese lugar. Mili e Ivo dicen que no se soportan pero terminan acercándose demasiado el uno al otro como para creerles.

La noche pasa lentamente en la pequeña casa de tolerancia de Amelia. Gloria va a recoger a su hijo, y Soledad recibe de nuevo al joven Carlos, que llega otra vez con el bolsillo lleno de pesos. Amelia se deja llevar por la pasión con Raymond, mientras suena de fondo una canción del gran José Luis Perales.