Morena intenta consolar a Yago, quien se enfrenta con los detalles de su terrible pasado. Aldo, por su parte, sigue amenazando a su esposa.

Milagros y Lina intentan vender comida para ganar algo de dinero extra, pero su generosidad es más importante. Victoria y sus amigas planean su visita a la bailanta.

Milagros está lista para empezar su nueva aventura como empresaria. Rocky, por su parte, se cree psicoanalista.

La relación de Milagros e Ivo se hace cada vez más íntima, mientras que Federico amenaza a su propia esposa.

Milagros intenta entender el sacrificio de su madre y cómo marcó su propia vida. Federico teme que Milagros haya descubierto su secreto.

Celso continúa haciéndose pasar por ciego para mendigar dinero, mientras Yago y Morena avanzan en su relación, aun cuando esto implique compartir secretos dolorosos.

Morena invita a Yago a un restaurante elegante en Bueno Aires, un lugar desconocido y exótico para él.

Yago se alista para ir a cenar con Morena. Aunque está vestido para impresionarla, el lujoso restaurante lo sorprenderá.

Mientras Damián e Ivo discuten sobre el pasado, Federico visita al padre Manuel en el convento y Milagros reflexiona sobre las motivaciones y muerte de su madre.

La fotografía de la madre de Mili en el escritorio de Federico desata un interrogatorio muy emotivo. ¿Tendrá el dueño de la casa una respuesta satisfactoria?

Morena descubre información clave en el misterio de la muerte de Franco Sirenio y del pasado de Yago.

Damián explica a Ivo los motivos de la ira de Pablo: uno más de los muchos secretos de esta familia.

Lucio comparte algunos de los recuerdos familiares con Yago; su reacción reafirma la convicción de que Yago es su sobrino. Melina, por su parte, intenta descubrir la verdad sobre el abuso de Aldo a Luisa.

Luisa intenta convencer a Andrea de que participe en su plan macabro. Damián intenta animar a Pablo pero termina por empeorar la situación.

La cara de Luisa no alcanza a esconder de todo los rastros de la violencia de Aldo, hasta el punto de tornarse sospechosa. Yago, en cambio, se muestra transparente ante Gardel.