Ella ama Barcelona, pero el encantador acento de Tatiana rápidamente la delata como colombiana (de Bogotá, para ser precisos). Hasta que vinieron los Juegos Olímpicos y mejoraron la cara de la ciudad, Barcelona realmente no estaba viviendo su potencial. Pero hoy en día está explotando su gran ubicación en el Mediterráneo.

Su nombre es Milagros, su apodo es Cholito. Es salvaje en el campo de fútbol y poco domada fuera de él. Como huérfana, ha sido criada en un convento. Pero ahora está a punto de cumplir 18, y tendrá que recorrer su propio camino en el mundo. Pero el mundo parece no estar listo…

La estupenda Natalia Oreiro lanzó su tenaz sencillo “Me Muero de Amor” incluso antes de que se convirtiera en el tema de Muñeca Brava, también protagonizada por ella. El show fue un éxito no sólo en Latinoamérica sino también en Europa y en el medio Oriente, y como tal levantó las ventas mundiales de su disco.

La casa es llamada “La Soledad”, lo que puede ser perfecto para algunas de las almas que la rondan. La abuela no ha salido de su habitación en años, así como tampoco está en buenos términos con su hijo, el patriarca de la casa. Él, en cambio, no está enamorado de su esposa, ni de su simpatía por la botella. La diversión está a punto de empezar…

Victoria no es exactamente lo que se llama “profunda”, pero tampoco es tonta. Ella sabe lo que quiere y lo que no. Definitivamente no le gusta ser llamada Vicki, ni tampoco disfruta la compañía de Bobby, el parlanchín amigo de su hermano. Ella busca glamour y elegancia, incluso decide cambiar el nombre de su conductor de Rocky al más distinguido “Morgan”.

La Madre Superior cree que las ha encerrado por la noche, pero Milagros y Gloria tienen otros planes, que no incluyen prepararse para la misa de la mañana próxima a las siete. Quién sabe si podrán salirse con la suya.

La secretaria de Federico lo invita a cenar, pero no habrán fresas y crema si ella no puede ser la cocinera. Mientras tanto… nuestra pequeñas minas delincuentes han escapado de los confines del convento.

Hay algo raro en el piso de arriba de esta casa. De todas maneras, la verdadera acción está en la pista de baile y allí es donde encontraremos a nuestra heroína, Milagros, y su cómplice, Gloria.

En el segmento anterior vimos a Milagros y Gloria bailando a ritmo de vallenato, un ritmo originario de la costa Caribe de Colombia. Al regreso al convento, Milagro está cantando "¿Qué tendrá el petiso?" de Ricky Maravilla, probablemente inspirado de "Locas por el mambo," un gran éxito de Beny Moré en los cincuenta en la Habana.

Parece que el cuñado tiene un amorío con la hija de la cocinera, quien a su vez está tratando de que él la ayude a salir de su uniforme de mucama ¡y no lo decimos nadamás en sentido figurado! Pero no parece que el patrón esté de tan buen humor como para andar haciéndole favores al hermano de su esposa. ¿O sí?

Milagros se queda fuera del partido de fútbol, sólo para varones. El entrenador lo mandará a vender gaseosa para comprar zapatillas nuevas para los chicos. Mientras tanto el patrón tiene que aguantar los sermones de su madre, que le recuerda que quizás tiene un hijo en alguna parte del que no sabe nada.

Algunas veces es muy difícil entender a una persona de corta edad que no habla en tu idioma, aunque otras veces es muy fácil. Afortunadamente Zulbany pertenece a estos últimos. Vamos a escucharla mientras nos habla de su viaje a Mérida, cerca de los andes venezolanos.

El matrimonio y los niños traen con ellos unas responsabilidades obvias. Rafael tiene una pequeña farmacia en Guatemala, pero deseaba expandir su negocio para poder mantener mejor a su familia. Fue ahí cuando empezó su viaje, desde su ciudad, pasando por México, cruzando el Río Bravo, y llegando primero a Houston. Finalmente llegó a Nueva York, y piensa quedarse dos o tres años para juntar el dinero suficiente y regresar.