Federico fue una especie de trotamundos en sus primeros tiempos, y se describe a sí mismo como haber sido un “pre-hippy”. Su padre intentó que su hijo fuera otra cosa aparte de un vagabundo, probó a Federico para cualquier indicio de pasión, cualquier inquietud. “¡Es la arqueología!” Es lo que gritaron cuando vieron que el joven disfrutaba explorando ruinas antiguas.
Federico Kauffman Doig empezó su carrera en el Museo Rafael Larco Herrera como guardia de seguridad. Hoy en día, él es el presidente de esa institución y uno de los arqueólogos más respetados del mundo, además de un encantador e interesante conversador. Este programa originalmente apareció en Televisión Nacional del Perú como parte de la serie de estimados artistas Presencia Cultural.
Federico Kauffman Doig ha recibido el premio Amauta, la más alta distinción que ofrece el gobierno peruano por méritos culturales. Suecia y Austria también lo han honrado con reconocimientos similares. Sin embargo, Federico tiene mucho trabajo por delante y no piensa ni siquiera por un momento en la idea de jubilarse. Aún hay muchas montañas por explorar y ensayos que escribir.